lunes, 9 de febrero de 2009

Pues sí, mañana nos vamos y la verdad es que a mí me sobra por completo este día. No me pone nervioso el pensar en la responsabilidad de los conciertos tanto como el trámite tedioso del viaje, todo el asunto de embarque, aduana, hasta llegar al hotel e intentar saber algo de las condiciones de las salas donde al día siguiente ¡a las 10 de la mañana! vamos a tocar. Hay dos conciertos ese mismo día, lo que no está mal para empezar, y, al día siguiente, uno gordo, en un super teatro. Así que los post-conciertos no podrán ser como uno acostumbra, venga a hablar y a apaciguar la excitación con cervecitas o ron. Va a ser todo un ejercicio de autocontrol, pero absolutamente necesario, porque el elemento más débil de nuestros agotados físicos, la voz, es la que primero se larga de vacaciones.
Lo que sí está claro es que vamos a disfrutar de lo lindo, este viaje es un sueño de esos que dudas que llegue a realizarse, y aquí está. La verdad es que La Discreta es en sí la materialización de un sueño, y que esta gira sea en el décimo aniversario de la primera publicación, la poesía magnífica de Pedro Mir, que nos descubrió a la gran Julia de Burgos, es un detalle de aoquellos que redondean el guión y le dejan a uno con orgulloso y satisfecho regustillo.
Sé que nos van a recibir con mucho cariño, así que no tengo duda de que vamos a ir de éxito en éxito. El material es de primera, la poesía de Julia es terriblemente vital y profunda, y el trabajo musical que hemos conjuntado entre todos cada vez me asombra más.
Ahora mismo no sé cómo colgar aquí música, pero en cuanto pueda os coloco, a falta de bulería -para la que no creo estar dotado- una rumba a lo Peret que es mi última aportación al proyecto; estoy ansioso por estrenarla en Puerto Rico.

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